domingo, 25 de septiembre de 2011


Mil primaveras más para don Álvaro


02/08/2011 - María L. Viñas / El progreso (Lugo)
La muestra itinerante ‘No niño novo do vento. Cen anos con Álvaro Cunqueiro 1911-2011’ llegó ayer a Lugo, una ciudad en la que el escritor mindoniense estudió el Bachillerato y en la que tuvo su gran encuentro «co meu país galego» —tal como él escribió— a través del mapa de Galicia de Domingo Fontán.
La exposición está compuesta por 16 paneles informativos en los que se hace un recorrido por la vida y obra del literato, a través de una selección bibliográfica de su obra gallega y castellana, traducciones a diferentes lenguas extranjeras, y una pequeña compilación de sus artículos periodísticos.
Entre los objetos que se pueden encontrar figuran galardones, diplomas, carnés de identidad y de periodista, postales, correspondencia, agendas privadas, medallas, condecoraciones e incluso dos dibujos de 1963 realizados por el propio Cunqueiro y que dan testimonio de una de sus facetas menos conocidas.
Como parte más identificativa de la muestra aparece un espacio escenográfico realizado por Rodrigo Roel, que reproduce el estudio en el que trabajaba el literato en los años 50 en su Mondoñedo natal. Se trata de una réplica de su escritorio, repleto de libros, una máquina de escribir y numerosas manzanas esparcidas por el suelo, tal y como él las tenía en su casa.
Y junto a la mesa donde se fraguó una de sus obras más importantes, ‘Merlín e familia’, no falta una figura del mago. Todo ello con un gran ventanal de fondo, desde el que el escritor podía contemplar la catedral mindoniense y el bosque de A Silva, presentes en esta obra y en otra no menos reconocida como ‘Crónicas do sochantre’.
Víctor F. Freixanes, director de la editorial Galaxia y comisario de la muestra junto a María Liñeira, recordó que en uno de los encuentros que tuvo con Cunqueiro cuando él era un joven aprendiz de periodista se quedó impresionado por el aroma a manzana que desprendía su casa.
«Amancio Prada, que vivía comigo, acompañoume porque quería darlle un exemplar do disco ‘Lelia doura’, que acababa de publicar. Foi entón cando lle preguntamos se aquel arrecendo
era un ambientador e dixo ‘non, xa veredes’. Onde el escribía había ciscadas mazás por todos os lados, pola mesa, polo chan, polas estanterías...».
«Necesito o arrecendo das mazás para escribir, pero teñen que ser de Mondoñedo», les comentó el escritor. De hecho era la bibliotecaria de Mondoñedo Alicia Tella quien se las enviaba al piso de su etapa viguesa.
Un océano
Como comisario de la muestra, Freixanes subrayó la gran labor de síntesis para lograr un repaso biográfico pedagógico y ameno. «Intentamos meter todo un oceáno en dezaseis pociñas», en referencia a los paneles informativos. Destaco además los elementos
multimedia, como una entrevista emitida en 1978 por Televisión Española y realizada al escritor por el prestigioso periodista Joaquín Soler Serrano.
Freixanes consideró, por otra parte, que quizás haya muchos aspectos de la obra de Cunqueiro que no se conozcan y que su trayectoria se haya instalado en un tópico, cuando en realidad es enormemente plural, moderna y transgresora. «Cunqueiro reiventou Galicia, ademais de exportala ao mundo. Sabía que estaba escribindo para o futuro e aí está a súa grandeza», manifestó.
‘No niño novo do vento. Cen anos con Álvaro Cunqueiro’, está promovida por la Consellería de Cultura, la editorial Galaxia y la fundación Penzol. En representación de esta última entidad asistió al acto Xulián Parga, quien se refirió al escritor lucense como una de las mayores figuras de la literatura gallega de todos los tiempos, «que soubo unir a cultura popular co máis refinado da cultura universal», dijo.
Del Riego
Parga también habló de la gran amistad que unió a Cunqueiro y a otro de los grandes escritores e intelectuales gallegos, Francisco Fernández del Riego: «Xuntos viaxaron, escribiron e traballaron pola pervivencia da lingua galega máis de mil primaveras ».
El representante de la fundación Penzol también recordó lo mucho que disfrutaba el escritor mindoniense con el Domingo das Mozas, con sus paseos a orillas del Miño, sus primeras tazas de ribeiro en la Rúa dos Viños y los primeros versos «a unha nena loira de Palas de Rei», en referencia a su estrecha relación con la capital lucense.
Lugo Mágico
María Liñeira, comisaria de la muestra, hizo hincapié también en ese vínculo y en la importancia que cobra la etapa lucense de esta exposición viajera. «Lugo foi nos anos 30 un lugar de descubrementos e maxia para Cunqueiro», afirmó, al tiempo que recordó el amor del mindoniense por su tierra, parafraseando uno de sus escritos: «Alí estaba a miña terra, a terra da miña vocación e dos meus días, a terra temporal e a eterna, a terra que a miña lingua, a lingua do meu escuro acento labrego precisaba para existir».
El jefe territorial de Cultura, José Carlos Rodríguez Andina, alabó la grandeza y valor del material que desde ayer se puede contemplar en Lugo sobre la vida de este ilustre gallego: «Ten un gran valor material e emocional».
Distinguió, como los demás encargados de presentar esta muestra —que en próximas fechas visitará otras ciudades como A Coruña o Ferrol—, su mérito educativo. Por ello invitó a los padres lucenses a que lleven a los más pequeños a familiarizarse con el escritor, y a los jóvenes estudiantes a profundizar a través de esta muestra en lo que han aprendido en el instituto, ya que a su juicio «é importante que os mozos reivindiquen a obra de Cunqueiro».

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